Para terneros bípedos, de mediana estatura, con sotana y la capucha caída hasta las cejas; proceso des-simismación de la existencia


A propósito del creyente, Nietzsche nos dice que su moral es la suma de las condiciones de conservación de una especie de ser humano pobre, malogrado a medias o por entero (pp.749. 22-25. frag.post), es decir, su moral se construye a partir de ciertas condiciones de conservación que proceden a su vez de cierta deficiencia fisiológica. La fisiología es, pues, la causa de que instintivamente otorgue el honor supremo a una moral de la des-simismación, y por extensión, la causa lejana de cómo es en el creyente su inteligencia, su experiencia y su vanidad  (pp.379 11-48 frag. post.)

¿Qué quiere decir Nietzsche con que las condiciones de conservación de cierta fisiología pobre a medias o por entero se encarnan en una suerte de moral de la des-simismación? De entrada,  si seguimos la traducción de Andrés Sánchez Pascual, la moral de la des-simismación (Entselbstun) significa la moral de la renuncia de sí mismo. De seguido, esta moral de la renuncia de sí convierte las virtudes con la que es <<posible la felicidad de los más inferiores>> en el ideal que juzga todos los valores (pp.358 10-178 frag. post.). Así que, en origen, la conservación de una especie inferior, esto es, la encarnación de un ideal que convierta en virtudes aquello que le garantice su felicidad,  pasa porque se establezca en la nada, o lo que es lo mismo, en una previa renuncia de sí mismo.

A tenor de esto, ya se nos aparece la dicotomía fundamental: ¿El hombre en sí o en la renuncia de sí? ¿Simismación (sí mismo) o des-simismación? ¿Nuestra naturaleza o una moral? ¿El hombre natural o un hombre fiticio? Todo esto bajo la pregunta: ¿dónde  pone el hombre el valor de la existencia? Pero acaso ya hemos dado la respuesta por lo que hace a una des las dos opciones: una especie de ser humano pobre, malogrado a medias o por entero pone el valor de la existencia en la moral de la des-simisación (renuncia de sí), basa au voluntad en un conjunto de virtudes cristalizadas en la moral de un Dios, su Dios. En conclusión y según Nietzsche, esto es lo mismo que fundar el valor de la existencia sobre la nada. Sils-Maria