Céline-Ferdinand, Camus, Bukowski, Berdj'aev, Dostoievky. Tras la puerta, al fondo del pasillo, hay una mujer de espaldas lavando platos en una pequeño lavaero

Hay un crimen . Louis-Ferdinand Céline, Bukowski y Camus hallan los indicios de crimen en el aburrimiento, al que dedica una atención especial. Ven en el aburrimiento el sustrato en el que el hombre moderno languidece hasta disolverse hasta alcanzar una extrema apatía ante el mundo; ésta es la antesala por la que el hombre accede a una percepción del mundo incapaz de atribuir valor alguno una experiencia por encima de otra. No puede jerarquizar experiencias ni, por extensión, organizar su vida en torno a nada y sucumbir. Por este motivo, el temor más agudo de Céline en su etapa de médico en los suburbios será el riesgo de caer en el aburrimiento. Asimismo, Bukowski, se quejará que follar es lo único con valor, pero dada su brevedad le sobreviene la angustia de no saber qué hacer con el resto de tiempo que le queda al día. Por otro lado, cuando a Camus condensa lo más precioso de su vida en un una aroma, la escena dominguera de la muchedumbre dirigiéndose en tranvía al cine, la transformación del  paisaje a través d una claraboya mientras fuma un cigarro en el tanatorio. Huyen del aburrimiento. Céline explora distracciones, Bukowski inventa placeres en los que a poder ser participe la libido, Camus contrae los sutiles placeres de superficie al plano del placer sensitivo. En todo caso, en tales autores el aburrimiento es indicativo de un crimen: el hombre no sabe cómo vivir, está ontológicamente desamparado. He aquí, que la diversión se convierte entonces en la excusa que elude el aburrimiento, aleja la perspectiva de la muerte, y remedia la vida en cuanto cristalizan cierto arquetipo a su  vida.

En conclusión, con sus maniobras eudeimonicas han logrado rehuir el aburrimiento,  y así se han mantenido a salvo de la pregunta intrínseca al aburrimiento: cómo tengo que vivir, en suma, ¿qué sentido tiene mi existencia? En su lugar, viven <<sin más>> bajo el eudeimonismo de una forma de vida basada e la experiencia estética, (Camus), la diversión  ( Céline) o  el sexo (Bukowski).  


Nicolás Berd'jaev y Dostoeivky: la cenntralidad o la exteriodidad del personaje. 

Fijémonos que del aburrimiento que precede a la pregunta por el sentido de la existencia han surgido las distintas distracciones  formas de vida de los autores en función de cada interés en particular.Parece ser que el hombre  vive en el exterior de su centro vital y no en el centro. ¿Ha sido expulsado del centro de la vida o a renunciado a habitarlo? ¿A qué precio habría de ocupar el centro e la vida? Probablemente el dolor que implica la incertidumbre del destino del hombre es demasiado fuerte para que el hombre la acoja, mientras pueda saltar al cuello de una opción alternativa, como la distracción o la felicidad basada en cualquier supuesto, no verá necesidad alguna en afrontar su centralidad. No tiene al religiosidad para obligarse a ello.




                                           The inferno, Canto 6. De Gustave Doré