Montjuic

Sentados en una escalera de cemento a modo de banco. Montjuic. Encarados a las montañas y con dos cafès, uno con leche y el otro americano. Hay poca gente, día nublado y sin demasiado ruído.


-  (con la actitud solemne del detective) Desde dónde piensa un tipo como tú, me pregunto, será con arreglo a un par de creencias acerca de lo bueno o persiguiendo tres pares de pequeñas corduras asumidas a propósito de lo justo?
- (con condescendencia) Aún no ha comprendido que el hombre prefiere creer en algo falso antes que no creer en nada. Ése es su inexorable destino en el tiempo que vive, señor
-Y también es su inexorable destino que yo le recrimine ésa posición, pues fíjese en qué ha invertido el tiempo de toda su vida, en nada más improductivo que defender con intensa vehemencia creencias cuyas bases responden a la primera pasión del hombre.
- (con desgana) Y Diga, ¿qué pasión es esa?
- ( imperioso) La autoafirmación de la existencia. Un darse significado..
- (sonriendo jactosamente) ¡Menuda estupidez! Eso es un ejercicio de gente de reputación  baja  o sin el menor amor a su persona o a lo que se esté dedicando, lo que, como sus ojos observarán,  no comprende ni por equivocación a este gentleman con quien hablar.
-Ya veo, usted creen en sí mismo, ni siquiera en la vanidad que lo envuelve en todo lo que hace o no hace debe ser suficiente, sino que, estoy seguro, que también cree en sus equivocaciones, injustícias y actos de poco o nada de prestigio.
- (haciéndose el ofendido) ¿Qué está diciendo?
- Le digo que ni ahora ni jamás ha podido usted reconcocerse cometiendo una falta o equivocándose, ésa es su razón de ser y ése son el tipo de cosas que nunca logra comprender. ¡Mírese, todo se articula desde el narcisismo de lo que es y por lo que es! Sin embargo, en virtud de ése mismo narcisismo nunca podrá juzgarse en término negativos y eso, ciertamente, es de necios.
-Entonces, si esto es así..
-(en tono elocuente) Efectivamente.
-(pensativo) Entiendo.
- (desconcertado) ¿Qué entiende?
- Que está carente de amor, que me ha traído hasta aquí para ser objeto de sus recargadas cosntrucciones retóricas acerca de lo humano..
- ( interrumpiendo)¿Eso cree?
- En efecto, estoy convencido de que usted es como yo: ¡un narciso que ya hace tiempo anda sin un público mediante el cual, con discursos doctos que acaban en conclusiones que suelen contribuir a su vanagloria personal, busca  insuflarse de amor propio. Sí, me juzga para postularse encima mío.
- Tal vez sea un narciso y no lo sepa.
- (con soberbia) Sacúdase de ésa duda, ¡lo es!

Se levantan y se van juntos pero sin hablarse, guardando una distancia de cierta hostilidad


G. Bataille, Surrealism

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