INSOMNI 3:36

-Rompí un vaso y se enfadó. Entonces me llevó a una habitación donde me hizo desnudar. Luego, sacó el cinturón de un sólo tirón y me azotó una y otra vez. Me hirió hasta sangrar, no podía si quiera gritar de lo intenso que era el dolor. Me sentí humillada, infrahumana, pero, con todo, me gustó.
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- A día de hoy sigo haciendo enfadar a mi padre. Mi estado de sodomización, aunque lamentable a su vista, doctor, sigue dominándome como un inevitable del destino.
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-Lo sé, el principio de placer supera al de realidad; una interpretación muy freudiana
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-¿Sabía usted que lo inmoral en la cultura es el placer en el "yo"?
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-¡Cállese! De la humillación la excitación, de la excitación el arrepentimiento.
-En efecto, es el arrepentimiento lo que la ha traído hasta ésta silla.
-¿Doctor?
-¿Qué?
-¿Dónde está?
-Detrás de su silla, con mis ojos posados en su nuca bañada por la melena
-¿Y por qué me llega su voz del otro lado de la pared?
- No lo sé
- (se gira)¡Me ha engañado, no está usted detrás mío!
-No importa, prosiga con su relato
- Doctor, ¿y ésos ruídos? ¡ parecen el tintineo de unos cinturones desabrochándose! ¿Quiénes le acompañan? ¡Doctor!


Se abre la puerta y entran 4 hombres con barba de gesto vulgar y aspecto recio, el doctor, a modo de espectador, se queda a unos pasos de distancia. Se escucha el ruído sordo de una cremallera abriéndose. Una última risa de complicidad y...













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